La asombrosa transformación de Melania Trump de modelo a Primera Dama
Años antes de que Donald Trump mostrara intención alguna de presentarse a la presidencia, Melania mencionó en una entrevista que creía que su entonces novio estaba destinado a ocupar el cargo. También mostró un gran interés por actuar como Primera Dama, explicando cómo abordaría el cargo con una actitud muy tradicional. Esto significaba apoyar a Donald en todo lo posible y asistir a todas las obligaciones sociales. Sorprendentemente, también admitió que estaría encantada de dejar atrás su carrera de modelo por algo así.
Esta entrevista se realizó en 1999. Sólo 5 años después, Donald y Melania se casaron, y otros 11 años más tarde, la pareja se trasladó oficialmente a la Casa Blanca. La transformación de Melania de supermodelo a Primera Dama fue bastante notable.
Nacido y criado en Yugoslavia
Melania, nacida Melanija Knavs en 1970, es originaria de Novo Mesto, Eslovenia (una pequeña ciudad de la antigua Yugoslavia). Sin embargo, en cuanto empezó a trabajar como modelo, cambió oficialmente su nombre por el de Melania Knauss, pues creía que sería más fácil de recordar y pronunciar. Su familia era muy trabajadora e inculcó una mentalidad similar a sus hijos. De hecho, pasó sus años de juventud compartiendo habitación con su hermana en un edificio de apartamentos de la época comunista.
Según sus amigos y familiares, Novo Mesto siempre había sido demasiado pequeño para ella. Siempre había soñado con mudarse a una gran ciudad y conseguir algo grande. Por lo demás, era una estudiante con mucho talento y una hija bien educada.
El deseo de seguir la moda
Ya de niña, Melania sentía amor por la moda. En una entrevista que concedió a Parenting Magazine, recordó una de sus primeras inspiraciones en el mundo de la moda: su propia madre. Ella trabajaba como diseñadora de ropa para niños e incluso permitió a Melania desfilar en varios de sus desfiles. Melania siempre había sido delgada y alta, tanto que a menudo la acosaban por ello. Sin embargo, no se avergonzaba, pues siempre había creído que estaba destinada a ser modelo.
Gracias a la ética de trabajo y la determinación de sus padres, Melania tuvo una educación diversa y afortunada. Incluso participó en gimnasia y viajó con frecuencia con su madre a París y Londres para asistir a desfiles de moda.
Descubierto con sólo 16 años
A los 16 años, Melania fue descubierta por un fotógrafo llamado Stane Jerko. Por aquel entonces, asistía a la Escuela Secundaria de Diseño y Fotografía de Liubliana mientras vivía en el apartamento de su padre. Mientras esperaba a su amiga después de un desfile de moda local, Jerko se le acercó y le preguntó si estaría interesada en hacer una sesión de fotos. En aquel momento, los estudios eran muy importantes para ella, así que lo rechazó. Sin embargo, unos días más tarde cedió a la petición.
Jerko enseñó a Melania a posar e incluso la puso en contacto con una agencia. Entonces decidió centrarse en su carrera de modelo y abandonó los estudios de arquitectura. En los años siguientes, tuvo éxito en París y Milán, pero siempre tuvo la vista puesta en una meca de la moda en particular: Nueva York.
No es lo que ella esperaba
En 1996, finalmente se trasladó a Nueva York. Sin embargo, la modelo, que entonces tenía 26 años, luchó por hacerse un nombre al otro lado del charco. Esto se debió sobre todo a la discriminación por edad, que siempre ha sido un gran problema en la industria de la moda. Tras su éxito en Europa, fue un periodo muy duro para la modelo. Tuvo que hacer numerosos viajes de vuelta a Europa para sellar su visado, lo que le pasó factura física y mentalmente.
En una entrevista concedida en 2016 a Harper's Bazaar, afirmó que nunca se le pasó por la cabeza quedarse en EE.UU. sin papeles. Se había trasladado allí por su carrera, e iba a hacer que funcionara.
Algunos trabajos importantes como modelo
Al final, su tenacidad dio sus frutos. Tras unos meses luchando por conseguir una sola actuación, empezó a recibir llamadas de grandes marcas. Entre ellas, un anuncio de Camel que apareció en Times Square en los años 90. Uno de sus trabajos más memorables fue un número de Sports Illustrated en el que aparecía abrazada a una gran ballena hinchable. Por aquel entonces, se cree que Melania empezó a hacerse algunos retoques para conseguir más trabajos de lencería.
Esto dio sus frutos, ya que la ex modelo apareció en un infame reportaje de la revista británica GQ en la década de 2000, en el que posó completamente desnuda. Fue un movimiento arriesgado que la puso en el mapa.
Jugar duro
Melania y Donald se cruzaron por primera vez en 1998. Ambos habían asistido a un acto de la Semana de la Moda celebrado en el Kit Kat Club de Nueva York. Sin embargo, en aquel momento, ella no se sintió intimidada por él ni por su multimillonario imperio inmobiliario. De hecho, afirma que no sabía mucho de él ni quién era. Un amigo común los presentó y, poco después, Donald le pidió a Melania su número, petición que ella rechazó inicialmente. Sin embargo, a medida que avanzaba la noche, acabó pidiéndole que le diera su número.
En los primeros días de su relación, a Melania le costó confiar en Donald y en sus intenciones. Por este motivo, conservó su apartamento y se negó a mudarse con él durante varios años. Al final, sin embargo, se enamoró de Donald y se comprometió plenamente con su relación.
Un anillo de compromiso de 3 millones de dólares y una boda de 35 millones de dólares
En 2004, Donald le propuso matrimonio a Melania con un anillo de diamantes Laurence Graff de 12 quilates y talla esmeralda, valorado en la asombrosa cifra de 3 millones de dólares. Sin embargo, en su décimo aniversario, lo sustituyeron por un anillo aún más impresionante, de 25 quilates. Al llegar al altar, Melania iba vestida de pies a cabeza de Christian Dior. Desde la cola de 4 metros hasta el velo de 4 metros, su conjunto era de todo menos discreto. De hecho, el vestido, que pesaba la friolera de 18 kilos, costó unos 100.000 dólares.
Por supuesto, su look nupcial apareció en numerosas revistas, incluida Vogue. Según la organizadora de su boda, quería algo elegante pero no exagerado. Al final, la boda costó más de 35 millones de dólares.
Una madre devota
En 2006, a la edad de 35 años, Melania Trump dio a luz a su primer hijo, Barron Trump. Fue el mismo año en que recibió oficialmente la nacionalidad estadounidense. Según las personas más cercanas a Melania, tiene un ayudante para casi todas las funciones, desde chef privado a comprador personal. Sin embargo, cuando se trataba de criar a su hijo, nunca quiso ayuda. Asumió un papel de madre muy tradicional, insistiendo en que ella cocinaría, limpiaría y entretendría a Barron.
Es más, no quería que Donald se preocupara por ninguna de estas cosas. En su opinión, mientras Donald les mantuviera y pasara tiempo de calidad con su familia, hacía más que suficiente.
Qué hace que su matrimonio funcione
En una entrevista, preguntaron a Melania cómo su matrimonio se ha mantenido tan sólido durante todos estos años. Insiste en que ser la "Sra. Trump" es algo natural para ella, casi como si estuviera destinada a una vida así. También afirma que ella y Donald son increíblemente independientes, y que ambos comprenden su papel en el matrimonio. Sin embargo, al final de cada día, se reúnen para compartir sus experiencias y simplemente disfrutar de la compañía del otro.
Aunque Donald aportaba dinero más que suficiente, Melania seguía teniendo sus propios afanes. Más concretamente, ayudó a lanzar una línea de cuidado de la piel y numerosas colecciones de joyas.
Privacidad y paternidad por encima de la política
Durante la campaña presidencial de Donald, Melania mantuvo un perfil relativamente bajo. Aparte de algunas publicaciones en las redes sociales y entrevistas cuidadosamente compuestas, apenas asistió a ninguno de sus actos de campaña. Cuando le preguntaron por ello en una entrevista, insistió en que era su decisión, ya que tenían un hijo de 9 años en casa que necesitaba la presencia de uno de sus padres. En otras palabras, intentaba mantener cierta normalidad, por el bien de su hijo.
Cuando Donald fue elegido, su enfoque no cambió demasiado. Mientras que la mayoría de las familias presidenciales se trasladan inmediatamente a la Casa Blanca, ella esperó a que su hijo se hubiera instalado en su nueva escuela antes de hacerlo.
Aceptar el desacuerdo
En una entrevista más reciente, Melania habló de cómo ella y su marido son iguales en su relación. Donald, en cambio, cree que ella tiene más poder. Es más, ambos suelen estar de acuerdo en discrepar cuando se trata de diversos aspectos de su relación. Por ejemplo, cuando Donald fue criticado por hacer comentarios groseros sobre las mujeres, Melania expresó públicamente su decepción con su marido. Esto demuestra lo fuerte que es como mujer.
Sin embargo, al fin y al cabo, Melania afirma conocer mejor a su marido. Cree que su independencia, su libre albedrío y su mente propia son lo que a Donald le gusta tanto de ella.
La segunda Primera Dama de EE.UU. nacida en el extranjero
A los 46 años, Melania Trump se convirtió en la 45ª Primera Dama del país. Además, se convirtió en la segunda Primera Dama estadounidense nacida en el extranjero, después de Luisa Adams, natural de Londres. Melania tuvo bastante trabajo al entrar en la Casa Blanca: responder a los críticos. La opinión pública creía que había trabajado ilegalmente en el país con un visado de visitante. Sin embargo, ella nunca rehuyó estas acusaciones, insistiendo en que siempre había seguido las normas.
Además, compartió su propia experiencia turbulenta al intentar obtener la residencia estadounidense, explicando que la paciencia y la perseverancia se convirtieron en sus compañeras constantes.
Comparaciones con Jackie Kennedy
La actitud de Melania hacia el papel de Primera Dama se hizo evidente al principio del mandato de Donald como Presidente. Siempre tenía un aspecto increíblemente pulido y profesional. En sus entrevistas, explicaba que nunca quiso ser el centro de atención en esos actos. Sin embargo, siempre acababa siendo así, pasara lo que pasara. Las comparaciones entre los antiguos iconos de estilo y la Primera Dama Jackie Kennedy empezaron a llegar rápido y con fuerza.
Incluso la propia Melania admitió que se inspiraba en Jackie, que tenía un estilo muy femenino pero con clase. Aunque su atuendo ocupaba a menudo los titulares, seguía prefiriendo la intimidad a la imagen pública.
Una declaración de moda literal
A medida que avanzaba su mandato como Primera Dama, se produjo un cambio notable en su vestuario. En 2018, mientras Melania subía a un avión con destino a la frontera mexicana, unos paparazzi la fotografiaron con una chaqueta verde en la que se leía: "Realmente no me importa, ¿y a ti?". Algunos creyeron que esta chaqueta era muy inapropiada, ya que Trump se dirigía a reunirse con niños que habían sido separados de sus padres.
Sin embargo, según ella y su marido, la chaqueta era en realidad un mensaje a todos los medios de comunicación que habían criticado duramente a su familia basándose en historias falsas.
Su propia iniciativa
En 2018, Melania lanzó su propia iniciativa, titulada "Be Best". El programa pretende ayudar a los niños que se enfrentan a graves problemas sociales. Más concretamente, el programa anima a los niños a encontrar el camino correcto en la vida, al tiempo que les educa sobre la importancia de la salud social, emocional y física. Para ser más específicos, se ha centrado mucho en la seguridad en Internet (especialmente para los jóvenes), así como en los peligros del consumo de opiáceos.
Melania ha asistido a numerosos actos para promover su iniciativa, incluidos encuentros con niños de países desfavorecidos como Ghana, Kenia y Malawi.
Las críticas de la prensa
Es innegable que Melania está casada con uno de los hombres más controvertidos y criticados del mundo. Dicho esto, Melania también recibió su buena dosis de críticas de la prensa. En entrevistas posteriores, calificó de injusto el trato que le dispensaba la prensa. Muchos republicanos llegaron incluso a decir que Melania era la Primera Dama más irrespetada de la historia de Estados Unidos.
Por ejemplo, cuando Melania decidió hacer algunos cambios en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, empezaron a correr rumores de que había quitado a propósito árboles elegidos por Jackie Kennedy. Hubo indignación pública por este incidente, pero los rumores se demostraron falsos unos meses después.
Dejando su huella
Como la mayoría de las Primeras Damas, Melania Trump dejó su impronta en la Casa Blanca con muchos de los cambios que realizó y los proyectos de conservación que llevó a cabo. Se centró en la conservación histórica, así como en el cuidado de la belleza natural del espacio. Según un miembro del personal de la Casa Blanca, siempre quería saber qué habían hecho otros antes que ella, lo que demuestra lo importante que era para ella mantener la tradición.
En general, hizo algunas reformas muy necesarias en el Jardín de las Rosas, restauró muebles antiguos e incluso repintó el Salón Rojo para que volviera a brillar.
Apoyo a la campaña de reelección de su marido
Como era de esperar, Melania apoyó a su marido durante su campaña de reelección para 2020. Incluso pronunció un discurso en uno de sus mítines, algo poco habitual en la ex Primera Dama. Muchos creyeron que había salvado la cara de su marido durante la pandemia de COVID-19, ya que él había acabado por desestimar el impacto del virus. Sin embargo, expresó su solidaridad con los afectados por la pandemia y sus terribles consecuencias.
Quedó patente que Melania no temía decir lo que pensaba cuando se trataba de difundir un mensaje que consideraba correcto.
Ondear una bandera blanca
Las elecciones presidenciales de 2020 han sido un éxito. Tras anunciarse el resultado, Donald Trump simplemente se negó a admitir la derrota ante Joe Biden, alegando que le habían arrebatado las elecciones. Aunque muchos de los suyos estaban de acuerdo con este sentimiento, otros creían que estaba librando una batalla ya perdida. Según las personas más cercanas a la pareja, Melania era una de esas personas: sabía cuándo colgar la toalla.
Al parecer, le dijo a su marido que debía aceptar el resultado de las elecciones y cortar por lo sano. Sin embargo, su consejo fue en vano, y Donald siguió agravando la situación.
Abrazar la vida después de la Casa Blanca
Aunque Melania afirmaba que ser la Primera Dama del país era su mayor privilegio, no le costó adaptarse a la vida después de la Casa Blanca. De hecho, muchos afirmaron que le iba muy bien, incluso que prosperaba. Sin embargo, no podía decirse lo mismo de su marido. En contra de sus habituales tendencias tradicionales, eligió una vida privada como ex Primera Dama. No asistía a demasiados actos sociales, sino que prefería pasar tiempo con su hijo.
Es más, no escribió unas memorias sobre su estancia en la Casa Blanca, algo habitual entre las ex Primeras Damas. No cabe duda de que podría haberlo hecho, ya que al país le habría encantado escuchar su propio relato de primera mano sobre su estancia en la Casa Blanca.
Navegando por las acusaciones contra su marido
En 2023, Donald Trump fue acusado de cargos estatales y federales. Pasó mucho tiempo en los tribunales, lo que atrajo aún más atención negativa hacia la familia. Sin embargo, Melania consiguió evitar el ojo público en su mayor parte. Aunque apoya públicamente a su marido, prefiere una vida privada sin el escrutinio de la prensa. Como era de esperar, odiaba los enredos legales y rara vez acompañaba a su marido a los tribunales.
Según sus allegados, la cuarta acusación era un problema de su marido, no de ella. Aunque seguía apoyándole, no dejaba que sus problemas legales influyeran en su propia vida, sobre todo porque tenía un hijo pequeño al que mantener y cuidar.
Dar prioridad a su hijo
En 2023, en medio de los problemas legales, la mayor preocupación de Melania seguía siendo su hijo. Aunque las acusaciones de Donald afectaron sin duda a toda la familia, a ella le preocupaba cómo le afectaría la opinión negativa y el escrutinio público de su padre. Durante este tiempo, pasó más tiempo con su hijo, yendo a menudo de viaje para escapar de la brutal prensa estadounidense. Además, su propia familia se unió a ella y a su hijo durante estos tiempos difíciles.
Toda la familia Knauss quería mantener una sensación de normalidad para Barron. Por ello, Melania y Barron se trasladaron a la finca familiar de ella en Mar-a-Lago, lejos de la mirada pública y de los titulares negativos que rodeaban a Donald.
No tiene interés en vivir en la Casa Blanca
Donald Trump volverá a la presidencia en 2025, pero Melania Trump no tiene ningún interés en regresar a la Casa Blanca. Según una fuente cercana a la familia, está más que contenta de seguir residiendo en la finca de Trump en Mar-a-Lago. Si una cosa está clara, es que Melania hace lo que Melania quiere, y, en este momento, parece que una vida de privacidad e independencia está en las cartas.
Será interesante ver si desempeña los papeles tradicionales de una Primera Dama, como hizo durante su primer mandato. No parece importarle mucho la opinión pública sobre ella. Sin embargo, sus diversas campañas demuestran que le apasiona la unidad y apoyar a quienes más lo necesitan.
Una organización conservadora LGBTQ+
En abril de 2024, Melania apareció en una recaudación de fondos republicana destinada a apoyar a una organización LGBTQ+ llamada Log Cabin Republicans. Se presentó como invitada de honor y, según los asistentes al acto, consiguió recaudar la friolera de 1 millón de dólares esa noche. Desde entonces, el dinero se ha utilizado para proporcionar una ayuda muy necesaria a los miembros de las comunidades LGBTQ+ de los estados indecisos. Además, la fundación pretende sensibilizar a los grupos LGBTQ+ conservadores.
Según un miembro de los Log Cabin Republicans, el partido de Donald Trump "les escucha, les ve y les apoya". Los republicanos también comentaron lo elegante, comprensiva y profesional que se mostró Melania durante todo el acto. Al parecer, se tomó su tiempo para hablar y hacerse fotos con todo el mundo, al tiempo que cimentaba la importancia de la unidad y la diversidad.
Una madre orgullosa
Se puede decir con seguridad que Melania no es de las que hacen apariciones públicas. Sin embargo, en 2024, salió de su zona de confort al asistir a la ceremonia de graduación de su hijo en el instituto. En particular, la ex Primera Dama iba vestida para impresionar, con una chaqueta de Christian Dior increíblemente elegante y una falda lápiz de Michael Kors. Según las personas más cercanas a Melania, la ceremonia de graduación fue un momento emotivo para ella, ya que siempre había estado muy implicada en la vida y la educación de Barron. En una ocasión describió a su hijo como "su mundo", lo que demuestra lo devota que es realmente como madre.
Es más, le entusiasma ver a su hijo perseguir sus propias pasiones, sean cuales sean. Parece como si Donald y Melania tuvieran ideas diferentes sobre la carrera que les gustaría que siguiera Barron.
Un perfil bajo
Es innegable que Melania Trump lleva un estilo de vida fastuoso. Sin embargo, le ha costado caro. En 2024, Donald Trump fue condenado y declarado culpable de 34 cargos distintos de fraude. Durante estos momentos difíciles para la familia Trump, Melania hizo todo lo posible por mantener las distancias. Nunca acompañó a su marido a los juicios ni hizo comentarios públicos sobre el proceso. Además, cuando su marido fue declarado culpable, no se la vio por ninguna parte. Cuando se le preguntó por su ausencia, se hizo evidente que el propio Donald también quería que su esposa estuviera al abrigo del escrutinio público.
Todo lo que hacen los Trump parece ir en contra de las normas establecidas por anteriores Presidentes y Primeras Damas. Mientras que su familia, incluidos sus dos hijos e hijas mayores, se unió a él y con frecuencia estuvo a su lado en los tribunales, Melania guardó silencio sobre el asunto.
Declaración sobre el intento de asesinato
En julio de 2024, Donald Trump tuvo una experiencia cercana a la muerte cuando sobrevivió a un intento de asesinato mientras hablaba en un mitin en Pensilvania. Al día siguiente, Melania publicó una declaración en la que expresaba lo aterradora que había sido la experiencia para ella y su familia. En ella, calificó al tirador de "monstruo que reconoce a su marido como una máquina política inhumana". También explicó el momento en que se dio cuenta de que su vida, así como la de su hijo, había estado al borde de un cambio devastador. Por último, dio las gracias al Servicio Secreto por acudir rápidamente al lado de su marido, arriesgando sus propias vidas por un motivo tan inútil e innecesario.
Durante este escándalo, Melania demostró al mundo que sigue teniendo los atributos y la actitud de una Primera Dama. Aunque disfrute de su privacidad, es evidente que apoya firmemente la idea de unidad, independientemente de nuestras diferencias.